Pues bien, ahora mismo no sucede a gran escala lo mismo con la energía. Los distintos dispositivos manejan formas distintas de almacenar, producir y distribuir energía. Ya hay quienes predicen que en un futuro esto cambiará, y que de la misma forma que un ordenador puede pasar un vídeo a un móvil, un coche podrá pasar energía al sistema energético de una vivienda, y viceversa, o que un ordenador puede pasar energía a un sistema de iluminación, o lo que queramos imaginar. Todo ello posibilitado a través de avances que quedan por venir, como la optimización y mejora de baterías, o, por ejemplo, la extinción completa de los motores de combustión en coches.
De momento, Toyota presentó hace cosa de un año, un vídeo en el que ponía de relieve esta idea, y que le servía para promocionar su modelo Auris Híbrido HSD. Y es que empresas como Toyota son las que ven el futuro venir, y son las que se dan cuenta que el futuro, y el presente, pasan por la optimización, la eficiencia, y la concienciación medioambiental, en un mundo que hemos heredado asfixiado gracias a la ideas de desarrollo infinito del siglo XX.
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