Hace unos días me dió por pensar, ¿es la humanidad cabrona por naturaleza? Es decir, ¿somos los seres humanos en general seres carentes de empatía, que miramos única y exclusivamente por nuestros intereses y a los que les encanta tener a alguien a quien pisotear?
District 9 es una de esas películas que, por méritos propios, se hacen un hueco en el selecto club de las películas de culto, y que, cuando acaban, te hacen reflexionar sobre alguna cosa.
En esta película se cuenta cómo unos extraterrestres llegan a la Tierra, exiliados de su mundo, desnutridos y en un estado deplorable. Posteriormente el Gobierno de Sudáfrica les proporciona unas instalaciones para que vivan allí, y que se termina convirtiendo en un gueto. Los aliens tienen que soportar las constantes humillaciones y vejaciones por parte de la población humana, que los discrimina de una forma brutal. No sigo contando por si alguno aún no ha visto la película, y tranquilos, no he contado algo que no esté en el trailer.
Claro está, que sean aliens es lo de menos, lo importante es el mensaje de cómo los seres humanos marginan a las minorías o a aquellos grupos que considera inferior o desvalido.
Hablando ésto con una amiga relacionada con el mundo de la psicología, me contaba que existe una teoría por la cual, las personas logran comportarse de manera más o menos decente única y exclusivamente por miedo al qué dirán. Es decir, yo no te robo a tí, o no te mato para quedarme todo lo que tienes, única y exclusivamente por miedo a lo que dirán de mí otros seres humanos. Lo que es más inquietante, se esa persona pudiera actuar con total impunidad, no dudaría en hacer mal a otros seres humanos. Y esto no es una elucubración, pasa en cualquier guerra, como en la Civil Española, sobre todo en la posguerra, en la que determinados persona afines a la ideología vencedora no dudaba en calumniar a otras personas o delatarlas, con tal de que el nuevo gobierno les retirara todas sus pertenencias y se las cediera. Pasa también cuando algún recurso escasea y la gente no duda en pisotear a otra para sobrevivir. Y pasa, dicho sea de paso, cuando se hacen novatadas, y un grupo queda por encima de otro.
Que hay gente mala por naturaleza, es bien sabido, pero, ¿somos en realidad todos malos? No paro de pensar en que la religión vino a frenar ésto. Es decir, pensar que hay alguien por encima de tí, que te está observando, y que por eso te ves obligado a usar toda tu empatía con otras personas ("Cualquier cosa que hagáis al resto de mis hermanos, me los estáis haciendo a mí"). Por otra parte, en el surgimiento de las democracias, también se hizo hincapié en defender a las minorías, para defenderlos de los lobos de los grupos mayoritarios, y por eso hoy homosexuales e inmigrantes, por ejemplo, ven sus derechos reconocidos y defendidos por el propio Estado.
En definitiva, desde que pudimos dominar la naturaleza somos imparables, pero ahora tendremos que defendernos de nosotros mismos. Homo homini lupus.
Foto: fotograma de la película District 9.
Bueno, cómo querías que los tomasen en serio y se les respetase, si sus vidas valen menos que una bala...
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