Recres y borregos

Hoy he decidido empezar en serio este blog. Y lo hago relacionando tres temas que, en cierta parte, me atraen: Huelva, los sucesos urbanos, y despotricar del fútbol.

Y es que mis tripas no han podido evitar revolverse 
cuando TeleRodri (o HuelvaTV, esa tele local que pone el ayuntamiento para aborregar todavía más al personal) hablaba sobre el partido del pasado fin de semana entre el Recreativo (club de fútbol de la ciudad) y el Real Madrid (creo, no me voy a molestar en comprobarlo). Sí señor, qué buenos reporteros (bueno, reportero más bien), entrevistando en las puertas del estadio al que encontraba más borracho, y que nos regalaron perlas del tipo:
¡Er Rodri er mejó arcardeeeeee! ¡Viva er recreeeeee!
Ahora bien, ¿por qué me hierve la sangre al escuchar esto? Me explico...
Hace algunos años, el Recre se encontraba en crisis económica. Fue entonces cuando entró en Huelva como primer edil Pedro Rodríguez, que todavía permanece en el cargo. En 1999, (el alcalde éste entró en 1995), el ayuntamiento decide inyectar dinero público en el club de fútbol. Así, vende el Estadio Colombino, situado en una zona con una alta densidad de población, y céntrica de la ciudad, y construye uno nuevo a las afueras de Huelva, en un terreno presumiblemente que costaría cuatro duros. Esto les sale más que rentable. Además, la última revisión del PGOU, plantea ordenar la zona sur, alrededor del estadio.
Y es que este señor ha tomado buena nota de lo bueno que es el fútbol como instrumento político, y no sólo de aborregamiento de masas, que también. Ha conseguido que la ciudadanía onubense le identifique con algo tan sensible como el fútbol. No en vano, las últimas elecciones las ganó con el lema "Huelva, una ciudad de primera". No se corta un pelo el caradura.
No es esto algo trivial, en absoluto, y menos en Huelva, donde su propia idiosincrasia se ha ido diluyendo con el tiempo, y tenemos, por fortuna o por desgracia, eso me lo dirán ustedes, una realidad transversal en cuando a sentimientos de pertenencia a un ente urbano. Quizás sea más por suerte que por desgracia, pues hemos conseguido, pese a todo, deshacernos del aislamiento de una ciudad pequeña, aunque sólo se nos permita el cosmopolitismo de reunir a la población de una provincia, que ya es algo.
Es esto la herramienta tan potente con la que cuenta este señor, sazonado con el aborregamiento más que demostrado de aquellos que sienten algo tan superfluo (a priori) como una competición deportiva en las venas.
En fin, esto es lo que hay.

1 comentario:

  1. este articulo me ha gustao mucho ademas, la gente de aki no tiene sentimientos por sus colores, sólo son del recre cuando está en 1ª. Si el recre desciende, la gente deja de ser de este equipo,la gente d aki no son como en las demás ciudades como el cádiz o el málaga, etc. q aunq su akipo baja a 2ª, ellos siguen los colores de su ekipo.

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